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Mundial Dubai-11

Santiago Guerrero (Colombia) con JPS
265 karts de las 4 categorías a sorteo
sorteo de karts
entrega del kart a JPS
carreras clasificatorias

http://www.maxchallenge-rotax.com/event2011/grand_final.html


CRÓNICA MUNDIAL ROTAX 2011.

Por tercer año consecutivo Jesús Pérez-Santander conseguía la clasificación para disputar el Mundial Rotax, que cada año experimenta un crecimiento en cuanto al número de pilotos participantes.

En esta 12ª edición disputada en el año 2011 en Emiratos Arabes Unidos (Dubai), 265 pilotos de casi 60 países disputarían el Mundial Rotax dentro de una de las cuatro categorías (Junior, Max, DD2 y DD2-Master).

La categoría DD2-Master en la que Jesús Pérez-Santander había sido Campeón del Mundo en 2009 y quinto clasificado en 2010, tendría 49 pilotos, entre los que había hasta siete Campeones del Mundo, cinco de ellos en categoría Master (además del propio Jesús en 2009, Scot Campbell en 2010, Dennis Kroes en 2008, Christophe Adams en 2007, Colin Davies también en 2007 en la Max Master).

Cristiano Morgado, Campeón del Mundo Rotax Max en 2003 y Subcampeón del Mundo Rotax DD2 en 2004 y 2005 destacaba como el gran favorito.

No sin olvidar al japonés Takao Matsuya, ganador de la Copa del Mundo FSA en dos ocasiones y Subcampeón del Mundo CIK-FIA en categoría Formula Super A (título absoluto según la CIK-FIA) en 1996.


Plaza de última hora en la DD2-Master.

La noticia de la clasificación para disputar este mundial Rotax 2011, me llegaba a Jesús apenas 10 días antes del inicio de la prueba y un poco por sorpresa, ya que el subcampeonato de las Series Rotax y el sexto puesto en la Final Nacional Rotax 2011 (únicas posibilidades de clasificación para el mundial en España), no habían sido resulados suficientemente buenos para conseguir la plaza en la DD2, y a priori no existía una plaza para España en la categoría DD2-Master.

Sin embargo, ajustes de última hora en la organización del mundial hacían que España contara con una plaza para la categoría DD2-Master y los resultados en España me hacían acreedor de esta plaza, y tenía que preparar el viaje y todos los trámites en unos pocos días, sin tan siquiera poder contar con mi mecánico Bernat Oliver que tanto me había ayudado en las dos ediciones anteriores.

Más vale ir con esas difíciles condiciones que perderse un mundial, de modo que la tercera experiencia seria enfocada desde un punto de vista diferente y con la certeza de que no iba a ser posible estar al mismo nivel de competitividad que en los dos años anteriores.

Cada año, el mundial Rotax crece en participantes y aumenta en cuanto al nivel de competitividad, pero la organización también mejora cada año para estar al nivel de la prueba más importante en el karting internacional en cuanto a representatividad de países participantes, igualdad de oportunidades y por lo tanto espectacularidad.


Dubai, un lugar único en el mundo.

La llegada al aeropuerto de Dubai, tras escala en París, supone el primer golpe con la realidad. Pasamos de temperaturas ya muy frías en España a principios de diciembre, a los 30 grados que nos saludan a la llegada en Dubai. Y eso que son las 12,30 de la noche cuando salimos del aeropuerto.

Mi anfitrión en esta ocasión es Rui Vieira, socio de Korridas empresa que organiza la Rotax Max Challenge en España y Portugal. El me viene a buscar al aeropuerto y me llevará al hotel donde, además, me ha conseguido un hueco compartiendo su habitación doble. No sólo eso, sino que también y a falta de un mecánico profesional, él mismo me intentará echar una mano en lo que buenamente pueda con el kart, aunque sólo sea ayudarme a subir y bajar el kart del carrito.

Todo ello, con una condición, y es que no lo puedo esperar en el circuito antes de las 12,00 de la mañana, la noche en Dubai está llena de rincones que Rui no renuncia a explorar cada día de esta semana.

Y, de hecho, lo primero con lo que me sorprende es con un cambio inesperado de ruta. No iremos al hotel directamente, a pesar de que llevo todo el dia viajando y estoy hecho polvo. Iremos a la discoteca Aramani situada en el edificio Burj Khalifa, que con 850 metros de altura es el edificio más alto del mundo.

Merece la pena estar allí, y quedarte plantado a los pies de esa inmensa mole de cristal, acero y hormigón que hoy por hoy no tiene igual en todo el mundo. Supongo que al igual que la exclusiva discoteca Armani de Dubai, a la que sólo se puede acceder con invitación y en cuya entrada hay aparcados varios Ferrari, Rolls Royce, Bentley, Mercedes.

Nosotros llegamos en el Toyota Corolla alquilado, y cuando paramos en la puerta del hotel y discoteca, el botones toma las llaves con gesto asqueado y se apresura a esconder ese zarrio lejos de la puerta.

Yo dudaba seriamente que me dejaran pasar, pero mi amigo Rui debía tener poderosas influencias en la noche dubaití, porque, a pesar de una nueva mirada displicente de la encargada de sala y los dos poderosos porteros, nos dejan traspasar la entrada y acceder al exclusivo lugar.

Por cierto, no me había sentido tan fuera de lugar en toda mi vida, era como estar dentro de un vídeo musical de algún rapero, menuda concentración de trajes de marca, oro y "gente guapa" de todas las razas.

Supongo que cuando a las 3 de la mañana, Rui vió como se me cerraban los ojos, decidió que por ese día ya era suficiente y que tenía muchos días por delante para intimar con los nativos de Dubai, el caso es que finalmente llegamos al hotel que estaba a una hora de camino a través de una autopista de cuatro carriles que atravesaba 150 km de desierto hacia el interior de los Emiratos Arabes Unidos.

Entre el jet lag, y la hora de llegada al hotel, el día siguiente amanecemos a las 12 de la mañana, con el tiempo justo de ir al circuito para registrarme en el último momento y estar a tiempo para el sorteo de karts.

La rutina del sorteo, entrega y montaje de kart es ya sobradamente conocida por mi tras los dos años anteriores, y el reencuentro con pilotos ya conocidos de años anteriores, nos acompaña en esa jornada inicial del mundial.

Rui Vieira tiene mucha más habilidad para las relaciones públicas que para la mecánica. De hecho ni él ni yo comos capaces de montar el asiento correctamente, ni los neumáticos, ni ... nada de nada. Afortunadamente, Rui hace valer sus dotes sociales y consigue que un mecánico portugués, "Quinzé" acabe montándonos el asiento, las ruedas, el plomo, etc. etc. con lo que nos podemos ir al hotel pronto con el kart "más o menos" listo para el día siguiente en los entrenamientos libres.

Las cuatro sesiones de entrenamientos libres previos al crono debían bastar para conocer el circuito, adaptarse al kart Haase-DD2 y poner a punto la mecánica para intentar conseguir un puesto de salida en las clasificatorias lo más avanzado posible, merced a un bueno tiempo de calificación.

No sería una tarea fácil para mi, sin contar con la ayuda de un mecánico profesional, y por lo tanto sin poder trabajar la puesta a punto del kart, pero estas eran la reglas del juego en esta ocasión, y debía aceptarse la situación.

Los entrenamientos cronometrados, me sitúan en la 18ª posición, y por lo tanto la posición de salida en cada una de las tres carreras clasificatorias sería en torno a la 10ª posición.

El principal objetivo era alcanzar las finales del sábado sin tener que pasar por la repesca, y ello era algo factible siempre que no hubiera ningún accidente o problema en alguna de las tres clasificatorias.


Carreras clasificatorias.

La primera clasificatoria, comenzaba con una pésima salida al ahogarse el kart en el momento del semáforo verde, por lo que pasaba más atrás del puesto 20 en la primera curva, lo que me obligaba a recuperar posiciones en las ocho vueltas de la clasificatoria, hasta alcanzar el 10º puesto en la última vuelta que finalmente sería el puesto 11º en el paso por meta.

La segunda clasificatoria, ese mismo día por la tarde, comenzaba mucho mejor, ya que la salida sería rápida manteniendo el 9º puesto e incluso adelantando al 8º en las primeras vueltas, dentro del compacto grupo de los 10 primeros. Un toque entre dos pilotos me obligaba a esquivarlos, teniendo incluso que salir a la tierra fuera de pista, pero volviendo inmediatamente al asfalto ya en la posición sexta del grupo.

Sin embargo, el freno delantero del kart se averiaba, salvando un accidente "in extremis" y debiendo terminar la carrera en los últimos puestos tras pasar por pit lane, lo cual era un serio problema para conseguir la clasificación directa a las finales.

Quedaba la tercera y última carrera clasificatoria al día siguiente, y necesitaba como máximo un 9º o un 10º puesto para no exceder los 45 puntos que suelen marcar el corte para entrar directo a una final.

Esa tercera carrera se desarrollaría con varios adelantamientos y luchas entorno a la 10ª posición, y finalmente terminaría 9º quedando con 44 puntos al límite de la clasificación directa o la repesca.

Tras la suma de los puntos de los 49 pilotos, me situaba en el puesto 27 de los 28 que clasificaban directos a las finales, lo que me libraba de la repesca.

Lamentablemente, los otros seis españoles debían pasar por el trámite de intentar una última oportunidad de clasificarse para las finales en la repesca, y por desgracia, ninguno de ellos lo conseguía, dejandome como único representante español en en las finales y haciendo imposible una buena clasificación en la Copa de Naciones que en 2010 había ganado el equipo español.


Tercer mundial y tercera final.

El sábado por la mañana, los 34 finalistas de cada categoría empezaban la jornada con el warm up, tanda de entrenamientos en la que se estrena el último juego de neumáticos con el que se disputará la prefinal y la final. Yo me había ido adaptándo poco a poco al circuito y al comportamiento del kart Haase, y mejorando paulatinamente mi confianza en la competición.

Prueba de ello es que en el warm up de la mañana y en tan sólo una vuelta en pista, conseguía marcar el quinto mejor crono de los 34 finalistas con un tiempo de 56,5 acercándose a la pole position del sudafricano Cristiano Morgado que había dominado todas las carreras hasta el momento.


La prefinal, se iniciaba con una complicada salida que obligaba a esquivar algún accidente, y comenzaba a progresar desde el puesto 27º de partida hasta un puesto 19º conseguido no sin una intensa lucha con varios pilotos y multiples maniobras de adelantamiento.

Nuevamente mejoraba mi vuelta rápida, situándola en 56,2 a tan sólo dos décimas de segudo del tiempo conseguido por el ganador Cristiano Morgado que seguía dominando la carrera.

Tras la prefinal, el desfile de los 265 pilotos daba verdadera muestra del carácter internacional del Mundial Rotax, que un año más superaba sus anteriores cifras dejando muy atrás, en cuanto a representatividad y participación de pilotos de los cinco continentes, a otras pruebas del calendario CIK-FIA.

Yo disfrutaba una vez más del momento, mientras esperaba el inicio de la final, carrera definitiva de 21 vueltas que determinaría la clasificación final del mundial. Tras decidir el ajuste definitivo en la presión de los neumáticos, dato clave para conseguir el mejor rendimiento, recibía la ayuda de uno de los expertos mecánicos portugueses con los que había compartido esa semana, quien le revisaba y ajustaba la alineación de la dirección a fin de conseguir un mejor comportamiento del kart.

Llegaba el momento del inicio de la final, colocando los 34 karts y sus pilotos en la parrilla de salida en plena recta de meta, y mi estado de ánimo era muy positivo de cara a dar lo mejor de mi mismo en esta definitiva carrera.

La suerte es un factor determinante en estas carreras y era muy consciente de ello, y en particular viendo el desarrollo de las carreras que se habían disputado durante toda la semana.

Sin duda la salida sería un momento en el que la suerte tenía que aliarse con el piloto.

A la orden del Director de Carrera, los 34 karts arrancaron para iniciar las dos vueltas de calentamiento, y mis sensaciones eran realmente buenas con los últimos ajustes realizados al kart, lo que aumentaba mi confianza para hacer una buena carrera y luchar por escalar posiciones hasta el máximo que fuera posible en las 21 vueltas.

Cuando los karts se acercaba a la recta de meta en la segunda vuelta de calentamiento, adoptaron al formación en dos filas paraleras, reduciendo la velocidad, hasta que el semáforo rojo se apagó, para seguidamente acelerar al máximo hacia la primera curva.

Dos de los candidatos al título, el canadiense Scot Campbell (Campeón en 2010) y el holandés Dennis Kroes (Subcampeón en 2010 y Campeón en 2008), chocaron lateralmente, y el kart del canadiense perdió una rueda delantera, provocando una melé considerable al llegar todo el grupo a la primera frenada y la curva uno.

Tuve que esquivar varios karts cruzados en la entrada de la primera curva, y cuando parecía superar todos los obstáculos por el exterior de dicha primera curva, recibí un impacto en la parte trasera de mi kart, que aunque no me sacó de pista, dañó irremediablemente el eje trasero del kart lo que me obligó a deternerse a un lado de la pista.

Si bien inicialmente la sensación era de frustración por no poder completar la final y luchar por una clasificación entre los 10 primeros, teniendo que ver la carrera desde fuera, enseguida prevaleció la satisfacción por toda la experiencia de la semana en el mundial, y los momentos vividos.

La suerte es un elemento más de las carreras de karting, y en años anteriores, la suerte había sido favorable, por lo tanto había que aceptar que en esta ocasión no hubiera sido así y quedarse con todo lo aprendido durante la semana de competición.

Rápidamente, la ilusión por volver a empezar en la nueva temporada 2012, y por conseguir una cuarta clasificación para disputar un mundial Rotax, se abríría paso por encima de cualquier sensación de tristeza. Nos quedamos con lo mejor que es tener el privilegio de vivir durante una semana la experiencia de competir con los mejores pilotos del mundo en la categoría, y con todo lo aprendido en esta competición.

Este año no habría podium, pero me llevo a España muy buenos recuerdos y una sensación de haber recuperado la confianza y la motivación para seguir disfrutando de mi pasión por las carreras, mientras el cuerpo aguante y tratando siempre de dar lo mejor en cada momento.